Desde el inicio de la Biblia, en el libro de Génesis, encontramos menciones a los árboles. No solo se menciona una variedad de árboles, sino varios tipos. Estos árboles no solo se mencionan por su belleza, sino porque cada uno da frutos con semillas dentro. Estos frutos y semillas nos fueron dados por Dios para que los utilizáramos de diversas maneras. Esto muestra la generosidad de Dios con nosotros en abundancia y variedad.
Cómo Dios creó las plantas
En Génesis 1:11-12 se nos cuenta cómo Dios creó las plantas:
Y dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno.
Dios nos dio plantas y árboles con semillas para que los utilizáramos como alimento y para otros propósitos. Además, los árboles proporcionan sombra, rompevientos, hábitats para los animales y materiales de construcción. También existen árboles con aromas dulces e incienso. Dios consideró que todo esto era muy bueno.
En Génesis 1:29-30, Dios nos da aún más instrucciones sobre el uso de las plantas y los árboles:
Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.
Dios hizo los árboles con frutas y semillas, y nos dio la capacidad de multiplicarlos sembrando las semillas. Esto demuestra que Dios nos ha dado la responsabilidad de cuidar y administrar adecuadamente los árboles y las plantas.
El papel de los árboles en el plan de Dios
Los árboles desempeñan un papel importante en el plan de Dios para las personas, los animales y el entorno en general. No solo proporcionan alimentos y recursos materiales, sino que también tienen significados simbólicos en la Biblia.
En Génesis 2:8-9, se nos cuenta cómo Dios sembró un jardín y encomendó a Adán la responsabilidad de cuidarlo:
Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
Adán tenía la responsabilidad de cuidar el jardín y los árboles. Es importante destacar que los árboles requieren cuidados para dar frutos y beneficiar a la humanidad. Con nuestro cuidado, los árboles pueden ayudar grandemente a reducir la pobreza mundial.
En Génesis 2:16-17, Dios le dio a Adán y Eva su primera ordenanza, que se refería al fruto del árbol. Sin embargo, ellos desobedecieron a Dios. A pesar de esto, Dios nos da la oportunidad de comenzar de nuevo a través del sacrificio de Cristo en la cruz, quien murió en un árbol por el perdón de nuestros pecados.
En el libro del Apocalipsis, al final de la Biblia, encontramos más referencias a los árboles. Tenemos el derecho de comer del árbol de la vida si somos vencedores según nos muestra el Espíritu de Dios (Apocalipsis 2:7). Además, en Apocalipsis 22, se nos habla sobre el árbol de la vida que produce frutos doce veces al año y cuyas hojas son para la sanación de las naciones.
Esto nos muestra que Dios provee árboles con virtudes curativas para nuestra salud y bienestar. Los árboles tienen un papel importante en el plan de Dios para nuestro bienestar físico, emocional y espiritual.
Dios creó las flores y los árboles con una variedad y abundancia que demuestran su generosidad hacia nosotros. Nos dio plantas y árboles para utilizarlos como alimento, para obtener recursos materiales y para beneficiarnos en diversos aspectos de nuestra vida. Los árboles también tienen un significado simbólico en la Biblia y desempeñan un papel importante en el plan de Dios para las personas, los animales y el entorno en general. Debemos cuidar y administrar adecuadamente los árboles y las plantas para que puedan cumplir su propósito de manera óptima. Agradezcamos a Dios por la belleza y utilidad de las flores y los árboles que nos ha dado.