La fragaria vesca, comúnmente conocida como fresa salvaje, es una planta vivaz que crece en los bosques templados. Sus flores son hermafroditas y su polinización se produce a través de insectos. Los frutos de la fragaria son rojos y carnosos, con numerosas semillas en su superficie. Esta planta se propaga a través de estolones, dando lugar a múltiples plantas cada año.
Cuidados de la flor de fragaria
La fragaria es una planta muy adaptable a diferentes climas, aunque prefiere temperaturas frescas de 15-20 ºC y puede soportar heladas de hasta -12 ºC. No requiere una gran cantidad de luz y puede crecer en la sombra de bosques densos. Sin embargo, necesita un suelo fresco y húmedo, evitando el encharcamiento.
Es importante mantener una frecuencia de riego regular para asegurar que la planta tenga los niveles adecuados de humedad. Además, la fragaria requiere un suelo rico en nutrientes y nitrógeno para su desarrollo óptimo. Puede ser cultivada tanto en el suelo como en macetas, utilizando sustratos ricos en materia orgánica como turba o humus, mezclados con arena y perlita.
Multiplicación de la fragaria
La fragaria se multiplica principalmente a través de semillas dispersadas por aves o por estolones desarrollados por las plantas madres. Estos estolones dan lugar a nuevas plantas jóvenes que se distribuyen alrededor de la planta madre.
Usos de la flor de fragaria
Además de su belleza como planta ornamental, la fragaria es muy apreciada en la cocina por sus deliciosos frutos. Aunque son de pequeño tamaño, las fresas salvajes tienen un sabor excepcional, mucho mejor que las fresas cultivadas. También se cultivan en macetas o en terrazas debido a su colorido y a su producción abundante de frutos.
La fragaria es una planta perenne que ofrece belleza y sabor en un solo paquete. Su cuidado es relativamente sencillo, siempre y cuando se le proporcione un suelo adecuado y los niveles de humedad necesarios. Si estás buscando una planta ornamental que también te brinde frutos deliciosos, la fragaria es una excelente opción.