Henri Matisse fue un pintor francés reconocido por su contribución al fovismo, un estilo de vanguardia que se caracteriza por el uso provocativo del color. A lo largo de su carrera, Matisse experimentó con diferentes técnicas y metodologías, siempre buscando nuevas formas de expresión artística. Uno de los métodos más destacados y reconocidos de Matisse fue su técnica de pintar con tijeras.
La técnica de pintar con tijeras
En la década de 1940, después de ser operado de cáncer, Matisse desarrolló un nuevo método en su carrera que él mismo denominó pintar con tijeras. Consistía en colorear papeles con tonos puros, intensos y vibrantes utilizando la técnica del gouache, para luego recortarlos y combinarlos en forma de collages.
Para llevar a cabo esta técnica, Matisse contaba con la ayuda de su colaboradora, Lydia Delectorskaya. Juntos, pintaban los papeles con colores vivos, los recortaban a mano alzada y los pegaban en las paredes de su estudio. Aunque pareciera una disciplina que no requiere mucha destreza, Matisse dedicaba muchas horas a pensar en las posibles combinaciones.
Los recortes pegados en el estudio creaban un entorno paradisíaco, similar a un jardín compuesto por estructuras orgánicas que recordaban a las algas, las hojas y los corales. Estas figuras abstractas y geométricas permitían jugar con el contraste y la posición de las imágenes, añadiendo o modificando elementos hasta lograr el equilibrio deseado. Posteriormente, Matisse transfería la composición minimalista a diferentes soportes, como papel, cartón o lienzo.
El jazz como inspiración
Para Matisse, cada diseño creado mediante esta técnica era una obra de arte única, ya que cada collage era un objeto singular. Esta propuesta sencilla consistía en la combinación de recortes de diferentes colores y formas para crear siluetas dinámicas y flexibles.
El artista buscaba esculpir el color a través de improvisaciones cromáticas y rítmicas. Uno de sus libros más conocidos, Jazz (1947), ilustra su gran espíritu creativo utilizando los papeles recortados y pegados. Esta obra está compuesta por veinte composiciones que evocan visualmente los sonidos del jazz, y están inspiradas en el circo, la mitología y los recuerdos de sus viajes.
Esta técnica, propia de la última etapa de Matisse, le permitió alcanzar su ideal de una pintura plana y sintética. Según sus propias palabras, el papel cortado me permite dibujar en el color. para mí, se trata de una simplificación. en lugar de dibujar el contorno e instalar el color, dibujo directamente en el color.
El legado de Matisse
Henri Matisse fue un artista reconocido en vida, y durante su carrera recibió numerosos premios y reconocimientos, como la Legión de Honor. Su contribución al entorno del arte ha dejado un impacto duradero, y su obra continúa siendo admirada y estudiada en todo el entorno.
En la actualidad, existen museos dedicados a la obra de Matisse, como el Museo de Henri Matisse en su localidad natal, Cateau-Cambrésis, y el Museo monográfico de Henri Matisse en Niza. Estos espacios permiten a los amantes del arte disfrutar y profundizar en la obra de este genial pintor.
Henri Matisse fue un artista innovador que exploró diferentes técnicas y metodologías a lo largo de su carrera. Su técnica de pintar con tijeras le permitió crear collages únicos y expresivos, en los que el color y la forma se combinan de manera armoniosa. Su legado perdura en la historia del arte y su influencia continúa inspirando a artistas de todo el entorno.