La rúcula, también conocida como arúgula, eruga o roqueta, es una planta perteneciente a la familia de las brassicas y originaria de la zona mediterránea. Sus hojas tienen un sabor ligeramente picante y es muy fácil de cultivar en macetas o jardineras. En este artículo, te brindaremos toda la información que necesitas sobre la flor de rúcula y cómo cultivarla en casa.
¿Qué necesitas saber para cultivar rúcula?
La rúcula es una planta extremadamente fácil de cultivar, ideal para principiantes en la jardinería. Puedes aprovechar cualquier tipo de maceta o jardinera, ya que no es exigente en cuanto a la profundidad o volumen de tierra. Además, se puede sembrar durante la mayoría del año, evitando únicamente los meses más fríos del invierno. Su ciclo de crecimiento se acelera con el calor, por lo que se recomienda realizar cultivos sucesivos para tener rúcula disponible en todo momento.
¿Cómo sembrar rúcula?
La forma más común de sembrar rúcula es directamente sobre el sustrato o tierra en la que se va a cultivar. Puedes esparcir las semillas sobre la tierra con una separación de aproximadamente 5 cm y cubrirlas con una capa ligera de sustrato o vermiculita. Después, riega las semillas. Dependiendo de la época del año, las semillas pueden tardar entre 2-3 días en germinar en primavera, verano u otoño, o hasta 1 semana en invierno.
Es importante asegurarse de que las semillas estén bien distribuidas en el sustrato para evitar que las plantas crezcan muy juntas y se hagan sombra entre sí. También puedes optar por comprar plantines de rúcula, en los que cada cepellón puede contener más de una planta. En este caso, es recomendable separarlas con cuidado antes de trasplantar.
Variedades de rúcula
Tener en cuenta que bajo el nombre genérico de rúcula, se suelen comercializar tres plantas diferentes: Diplotaxis tenuifolia, Diplotaxis muralis y Eruca sativa, conocida como la rúcula auténtica. Estas variedades se diferencian en su sabor y en la forma de sus hojas. Algunas son menos picantes que otras y tienen hojas más finas.
Es recomendable fijarse en el nombre científico de las semillas al momento de comprar, para asegurarse de obtener la variedad deseada.
Cómo plantar rúcula en maceta
La rúcula es una planta de ciclo corto, que puede ser sembrada y cosechada en aproximadamente un mes. Si la siembras en verano, es probable que florezca en un mes y medio o dos, indicando que ha llegado al final de su ciclo vital. Durante este tiempo, podrás ir cosechando sus hojas.
La rúcula se adapta a casi cualquier tipo de sustrato, por lo que puedes utilizar un sustrato universal o específico para huerto urbano. En caso de reutilizar el sustrato utilizado anteriormente, es recomendable añadir un porcentaje de compost o humus de lombriz para enriquecerlo.
La rúcula no requiere de mucho espacio para crecer, por lo que puedes utilizar jardineras de pequeño tamaño y profundidad, o macetas de cualquier tipo. La distancia entre plantas debe ser de aproximadamente 5 cm. La rúcula crece bien tanto a pleno sol como en semisombra, por lo que puedes adaptar su ubicación según la época del año.
Cuidados de la rúcula durante el cultivo
Cómo y cuándo regar
La rúcula crece mejor en sustratos húmedos, por lo que es importante evitar que se seque completamente entre riegos. La frecuencia de riego dependerá de la época del año, el calor y el tamaño de la maceta. Es recomendable regar de manera regular para asegurarse de que la planta recibe suficiente agua.
Fertilización
Si es la primera vez que cultivas rúcula en macetas o jardineras, no es necesario añadir ningún tipo de fertilizante. Sin embargo, si planeas cultivarla de manera regular en el mismo lugar, es recomendable añadir compost o humus de lombriz antes de cada siembra para asegurarte de que la planta recibe los nutrientes necesarios para crecer adecuadamente.
Cómo cosechar rúcula
La rúcula es comestible desde que germina, aunque se suele esperar a que las plantas tengan al menos 10-15 cm de altura para empezar a cosechar. Puedes cortar las hojas necesarias para tus ensaladas con unas tijeras. La rúcula rebrota con facilidad, por lo que si no arrancas la planta de raíz, seguirá produciendo hojas hasta que llegue el momento de florecer.
Las flores de la rúcula también son comestibles, aunque tienen un sabor más picante que las hojas. Si deseas obtener semillas, debes dejar que las flores se abran, se sequen y empiecen a formar vainas. Una vez que las vainas estén lo suficientemente secas, se abrirán por sí solas y sembrarán rúcula alrededor. Para recolectar las semillas fácilmente, puedes cubrir las flores secas con una bolsita de muselina o papel.
Plagas y problemas habituales en el cultivo de rúcula
Las plagas más comunes que afectan a la rúcula son el pulgón, los minadores de hojas, los thrips, la mosca de la col, los caracoles y las babosas. Es importante estar atento a la presencia de estas plagas y tomar medidas preventivas o correctivas según sea necesario.
Mi experiencia cultivando rúcula en maceta
La rúcula es una planta muy sencilla de cultivar y altamente productiva. Es recomendable evitar sembrarla en los meses más calurosos del verano, ya que tiende a florecer rápidamente. Sin embargo, en general, es una planta que crece bien en macetas y jardineras, y proporciona hojas frescas y sabrosas para ensaladas durante gran parte del año.
La rúcula es una planta versátil y fácil de cultivar en macetas o jardineras. Tanto sus hojas como sus flores son comestibles, y su sabor ligeramente picante la hace ideal para ensaladas y otros platos. Si estás interesado en comenzar tu propio cultivo de rúcula, sigue estos consejos y disfruta de esta deliciosa planta en tu hogar.