En primavera, los paisajes de Bariloche se llenan de color gracias a las flores amarillas de la retama. Esta planta exótica de origen europeo ha encontrado en esta región de la Patagonia argentina su hogar ideal. Entre los meses de octubre y noviembre, tanto los turistas como los residentes pueden maravillarse con el esplendor de estas flores que contrastan con el entorno montañoso y verde de la zona.
Impacto en el ecosistema
Como ocurre con muchas especies introducidas, la retama amarilla genera cambios en el ecosistema local. Su gran volumen y persistencia dificultan el crecimiento de la flora autóctona al generar sombras excesivas. Además, su cualidad leñosa la convierte en una especie de alta combustibilidad, aumentando el riesgo de incendios en la zona.
Llegaron para quedarse
Según los especialistas, la retama amarilla es casi imposible de erradicar de la región. Su propagación de semillas y su capacidad de rebrote la convierten en una presencia inevitable en los paisajes de primavera. A pesar de los posibles impactos negativos en el ecosistema, estas flores amarillas se han convertido en un símbolo de la región y en una atracción turística.
Origen y características
La retama amarilla, conocida científicamente como Retama sphaerocarpa L., es un arbusto perteneciente a la familia de las fabáceas. Es originaria del Norte de África y de la península ibérica. Puede alcanzar una altura de hasta 3 metros y se caracteriza por su color grisáceo y sus flores papilionáceas de color amarillo. Es una planta que prefiere estar expuesta al sol directo durante todo el día.
Usos tradicionales
La retama amarilla ha sido utilizada tradicionalmente por los peregrinos del camino de Santiago para tratar afecciones respiratorias agudas y fiebres eruptivas. También se ha empleado en Galicia para hacer escobas destinadas a la limpieza. Además, esta planta posee propiedades diuréticas, laxantes y cardiotónicas.
Distribución
La retama amarilla es una especie común en la Península ibérica, excepto en algunos lugares como los Pirineos, la Cornisa Cantábrica, Galicia y parte de Portugal. En la Patagonia argentina, especialmente en Bariloche, ha encontrado un ambiente propicio para su crecimiento y propagación.
Las flores amarillas de la retama son un espectáculo natural en Bariloche durante la primavera. Aunque su presencia puede tener impactos negativos en el ecosistema, estas flores se han convertido en un distintivo de la región y en un atractivo turístico. Su origen, características y usos tradicionales hacen de la retama amarilla una planta interesante desde diferentes perspectivas.